En la tarde de hoy, Agustín Monllor, voluntario de SOS Refugiados y del Grupo de Ayuda a Refugiados de Zaragoza nos ha transmitido su experiencia de trabajo y convivencia con refugiados en los campos de acogida y otros asentamientos precarios en Grecia. Una situación que nos interpela, cuesionando qué valores quedan en esta Europa hasta hace poco tan orgullosa de si misma.
El recuerdo de que también los españoles fuimos refugiados y la consciencia de que, por las vueltas que da la historia, podríamos serlo en el futuro hacen más cercano el sufrimiento de quienes huyendo de una muerte segura afrontan toda clase de penalidades y miserias. Los nacionalismos a ultranza y la xenofobia agravan este panorama de por si sombrio, convirtiendo la tierra deseada en un nuevo infierno. A la pregunta de si veía alguna solución al problema, Agustín ha sido muy claro: "No, pero yo hago mi parte".
Gracias por tu generosidad, Agustín.
